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Mostrando las entradas de diciembre, 2011

Cartas que nunca mandaré II

Quisiera decirte que te extrañé. Pero al ver cada correo tuyo  me dan ganas de decirte que yo también sé la verdad, alguna verdad, que yo también me puedo enterar, tarde o temprano, y aun así, sigo sacando lo mejor de ti para proyectarlo en mi mente. Pero ahora no puedo, es mas, no se puede, lamento que ya no pueda tomarte como ejemplo, y no es que me haya enterado de algunas cosas, es que simplemente quiero creerlas. No te puedo agradecer por el tiempo que dices que perdiste, por que, si sigo tu misma lógica, yo también lo perdí. La diferencia, es que yo saco lecciones de lo que sucedió. Esto no me hace mejor ni peor que tú, ojo!, solo me hace ser yo mismo. Esto no es el final, ni la despedida, ya sabes que para mi nada es definitivo, solo que siento que hoy, algo murió dentro de mi, que aun era tuyo. Este fin de Marzo, acabará todo, o al menos esa parte que creo que es todo. Hablamos hasta entonces... 

CARO-lina

Se llamaba CARO-lina y hacía honor a las primeras cuatro letras de su nombre. La verdad, nunca había llegado a establecer una relación tan cercana con una persona, cercana y lejana al mismo tiempo, cercana cuando estábamos cerca y lejana, cuando no.  Debo decir que de algo me sirvió conocerla (para hacer este post, entre otras cosas). Delgada, estatura muy superior al promedio de las peruanas, atributos generosos, cintura tacaña, piel bronceada, ojos pardos, cabello lacio natural, muy bonita, con un dejo que me enamoró desde la primera vez que la escuché. Podría decirse que hasta con poderes de convertir a una mujer en lesbiana, o al menos pensárselo.  Misteriosa, locuaz; y los primeros días que la conocí, hasta pensaba que era loca. Con ella me di cuenta que eso de "como es posible hablar tanto , sin decir nada". Pero CARO-lina, era de aquellas que si bien por su físico o su capacidad de no parar de hablar, te engatusaban. En realidad, CARO-lina era una mujer que dab